Ese rostro expresivo y sus pequeños ojos queriendo decir algo, nos hacen pensar y preguntarnos sobre la forma de pensar de nuestra mascota.
Ahora, los científicos interesados en
comprender la relación entre el hombre y los animales, desde la perspectiva de
los perros, intentan descubrir a través de técnicas de escaneo cerebral, lo que
piensan nuestros amigos caninos. Los investigadores publicaron sus hallazgos y
nosotros te lo contamos.
Teniendo
en cuenta que el entrenamiento del perro por parte del ejército, para realizar
funciones complejas, como saltar de helicópteros y aviones es una práctica
común, se consideró
que no sería difícil de entrenar a estos animales para entrar despiertos a un
tubo de imagen de resonancia magnética para que los investigadores trataran de
averiguar lo que éstos pensaban.
Se les enseñó a dos perros a quedarse completamente inmóviles dentro
del equipo: Callie, un fox terrier de 2 años y McKenzie, un border collie de 3.
También los entrenaron para responder a las señales: la mano izquierda
apuntando hacia abajo significa recibir un recompensa, ambas manos dirigidas horizontalmente
indican tratamiento neutro.
Ellos encontraron que, cuando los perros recibían
la señal de gratificación, la región del núcleo caudado (asociada a recompensas
en los seres humanos) demostró actividad. La misma zona no mostró ningún cambio
cuando los perros no vieron ninguna señal de un tratamiento especial. Te
mostramos el vídeo del experimento
"Cuando
observamos los primeros resultados, notamos que las imágenes eran diferentes de
cualquier otra obtenida en estudios anteriores. Nadie, que yo sepa, ha
capturado fotos del cerebro de un perro que no estaba sedado", afirma un científico.
Los resultados también indican que los animales prestan mucha atención a las
señales humanas.
Los
investigadores creen que el descubrimiento abre la puerta a futuros estudios
sobre la cognición canina y responde a preguntas sobre el vínculo emocional
profundo que existe entre los seres humanos y los perros.
Otro de los objetivos
del estudio es entender cómo los animales procesan el lenguaje y de que manera las
expresiones faciales son representadas en su mente.
El amor por los perros tiene raíces en los inicios de la evolución humana y se cree
que esto puede haber dado forma a cómo nuestros antepasados desarrollaron
el lenguaje y otras herramientas de la civilización.
El
cerebro del perro revela algo especial acerca de cómo los hombres y los
animales se juntaron y la historia evolutiva de ambas especies puede
proporcionar un único espejo de la mente humana.